
Hace algún tiempo se me ocurrió una metáfora que expresa muy bien lo que las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) han producido en la educación contemporánea: la del “diluvio comunicacional”.
Apenas tres décadas atrás, la información, el conocimiento científico y el conocimiento tecnológico estaban lejos del alcance de niños y adolescentes, y muchas veces, también, lejos del alcance directo de propios docentes. Las universidades y todas las instituciones educativas formales tenían una “llave de agua” (de formación y conocimiento) que podían administrar casi a voluntad. Todos los alumnos debían mojarse, y el maestro, con su habilidad, debía lograr que cada quien se mojara y bebiera poco a poco, y nunca más de lo necesario. La idea era lograr que los alumnos se mantuvieran siempre con un nivel óptimo de humedad en la piel, y que bebieran lo que pudieran sin atorarse ni ahogarse. De pronto, sobrevino la gran inundación que, a manera de un nuevo diluvio –esta vez global-, hizo estallar todas las llaves y tuberías, y nos arrastró a todos con ella. Estamos inundados de información, y ya no es posible administrar el agua como lo hacíamos antes. Ya no podemos pretender que niños y jóvenes acudan a estas instituciones a aprender a mojarse la piel y a beber del manantial del saber que administrábamos los docentes.
Ahora debemos enseñarles a mantenerse a flote para poder respirar y no morir ahogados, a nadar para no dejarse arrastrar por la corriente y a sobrevivir en un medio acuático.
LOS CAMBIOS
Definitivamente, Internet tiene un conjunto de características impresionantes: es instantánea, inmediata, mundial, descentralizada, interactiva, capaz de extender ilimitadamente sus contenidos y su alcance, flexible y adaptable en grados notables. Es igualitaria, en el sentido de que cualquiera con el equipo necesario y modestos conocimientos técnicos puede ser una presencia activa en el ciberespacio, emitir mensajes al mundo y ser oído. Permite a las personas permanecer en el anonimato, desempeñar un papel, fantasear y también entrar en contacto con otros y compartir.
Todo esto ha hecho que las nociones de tiempo y espacio se alteren, que los referentes tradicionales para nuestra socialización y para la construcción de identidades sean troncados, entre muchas otras transformaciones. De modo particular, las computadoras e internet se han convertido en la fuente de información más rica, más diversa y más consultada. No hay, hoy día, ningún descubrimiento o avance de la ciencia que no se pueda conocer en internet. Es que no solo aumenta día a día la cantidad de información disponible, sino también la velocidad con la que ésta circula, se renueva y se da a conocer: la televisión y el cable, las computadoras e internet, los teléfonos celulares, etc., han ido poniendo al alcance de los niños y adolescentes más información de la que son capaces de asimilar. Pero no solo la cantidad y velocidad con la que se produce y difunde el conocimiento están cambiando, sino también la manera en que este se produce y se comunica. El conocimiento ya no es producido por solitarios investigadores, sino que han pasado a ser una construcción colectiva –distributiva-, generada por equipos de científicos que trabajan interconectados por internet, que se retroalimentan y transmiten sus conocimientos por medios muy variados.




El medio ha producido también profundos cambios en los usuarios, quienes, además de poder participar más activamente en la producción de este conocimiento –debido a la horizontalidad de la comunicación y a la interactividad-, pueden acercarse a muchos tópicos desconocidos, cuyas temáticas son presentadas en atractivos formatos multimedia. También les ofrece la posibilidad de comunicarse de manera más constante con personas que puedan estar en su misma ciudad o en cualquier otra parte del mundo –indistintamente-, y al mismo tiempo les permite ponerse en contacto con personas de culturas diferentes e intercambiar con ellas opiniones e inquietudes.
La inexistencia de censura en internet –cosa que algunos consideran positiva, y otros, peligrosa – se presenta como una posibilidad de acceder a información acerca de cosas a veces vedadas por los medios de comunicación tradicionales, y permiten al usuario ampliar su visión del mundo. El cambio producido por internet en sus usuarios los hace diferentes a las demás personas. Las posibilidades que ofrece este medio para el trabajo, los estudios, el entretenimiento, la comunicación y la cultura general marcan una diferencia importante entre las personas que cuentan con este medio y las que no la poseen. Esta diferencia producirá inevitablemente un quiebre social que separará a las personas que tienen acceso a internet de las que no la tienen, y esta brecha irá creciendo con el aumento de los servicios y posibilidades que este medio ofrece. La proliferación de su uso es inevitable, frente a lo cual sería ideal poder contarse entre las personas que cuentan con internet, puesto que, de lo contrario, se pasará a formar parte de los futuros desposeídos.



